14 de abril de 2014

Mitologia alrededor del parto: ¿con la lactancia pasa igual?


(AVISO: entrada polémica)

Internet ha permitido la rápida difusión de páginas web dedicadas a la corriente de "crianza natural", en las cuales abundan lideas mitificadoras acerca del proceso de parto y la lactancia.
En ciertos foros, se leen ideas excesivamente categóricas sobre que todas las mujeres estamos fisiológicamente preparadas para parir divinamente, que con una postura adecuada en la dilatación y mucha relajación y confianza todo va muy fluido y que si hay cesáreas y partos instrumentalizados es por la incompetencia de los ginecólogos, que practican la medicina defensiva y nos roban nuestro parto soñado.

Lamentablemente el porcentaje de casos en los que un parto se puede complicar es alto (o al menos no negligible) y no se puede obviar que la Naturaleza a veces no sonríe.
Las ensoñaciones sobre partos ideales te las tienes que comer con papatas cuando tienes mellizos prematuros, los dos vienen de nalgas y tú desarrollas preeclampsia grave.
Me temo que tendrás que aparcar tus ilusiones de parir rodeada de delfines si te ha tocado una placenta previa.
Si tu hijo aspira meconio, ya te pueden estar cuarenta doulas masajeándote los pies que tienes que ir a quirófano.
Ya puedes tener unas caderas maravillosas, producto de miles de años de evolución, que si tu hijo está colocado transversal, no va a salir bien.

Y que por cada caso afortunado de partos vaginales que a priori parecían imposibles y condenados a acabar como el rosario de la aurora y que finalmente acabaron bien, se pueden esgrimir nueve que acabaron "mal" para la madre y/o el bebé, o que al menos podían haber acabado mejor. Por eso los ginecólogos toman decisiones tan conservadoras...¡¡tendrían aún más denuncias si no las tomaran, así que prefieren pasarse de frenada!!


Un parto exitoso es aquel en el que tanto madre como niño acaban perfectamente sanos. Aunque haya que abrirle un agujero a la mujer en sitios donde no lo tiene. ¿Deben dar lecciones de moral las que están dispuestas a correr un porcentaje no desdeñable de riesgo para sus bebés sólo por satisfacer su ego?¿Hemos de invisibilizar o privar  de identidad femenina a las mujeres a las que el parto les importa un higo y lo que quieren es pasar ese trance sin enterarse lo mas mínimo, dormidas si es posible?


No es sabio mitificar la infalibilidad del cuerpo femenino y del cuerpo humano en general. Realmente, el sistema reproductor no es la mejor baza del ser humano, pues presenta notables chapuzas, problemas y falta de rendimiento desde la concepción hasta el parto. La Naturaleza la pifia, y mucho, aunque nos consolemos pensando que escribe recto sólo que con renglones torcidos.

La cuestión es...¿qué narices tiene esto que ver con la lactancia?
Pues que también es fácil caer en mensajes extremistas y mitificadores de la lactancia, como por ejemplo "cualquiera que tenga tetas puede dar el pecho", o "no hay problemas con la lactancia salvo casos contadísimos de problemas médicos", o "hay tanta gente con problemas durante la lactancia porque el mundo está lleno de paletos" (¡¡dadme un tirón de orejas si me pongo en ese plan en este blog!!).

Afortunadamente, parto y lactancia presentan muchas diferencias. Sin duda, la  lactancia es un proceso fisiológico más sencillo y mejor regulado que el parto, con menos posibilidad de complicaciones, las complicaciones son más fácilmente solventables, y en los paises desarrollados tenemos nuestra "cesárea para la lactancia" particular, que es la leche de fórmula en biberón, gracias a la cual ningún niño se va a morir de hambre, o se va a quedar desnutrido, aunque a su madre le vaya mal la técnica de lactancia.

Que hay gente que pasa un infierno el tiempo que dura la lactancia, es cierto. Que hay gente que no disfruta de ella y tiene muchos problemas, nadie lo duda. Pero que muchos de esos problemas se pueden prevenir y solventar (grietas, ingurgitaciones) o enfocar de distinta manera (interpretar correctamente lo que está detrás de un brote de crecimiento, por ejemplo) creo que es indiscutible.
Una lactancia se debe abandonar cuando se ha hecho lo posible para que dure y pese a todos los esfuerzos, no se han solucionado los problemas. Perseverantes, sí. Mártires, no.
Pero la inmensa mayoría de casos de abandono prematuro de la lactancia no se produce tras semanas de épicos esfuerzos por salvarla, recurriendo a múltipes asesores y expertos.
La mayoría de casos de abandono prematuro de la lactancia, o de crianza directamente a biberón, se deben a excusas mucho más prosaicas, y en buena parte debido a pésimos consejos por parte del personal médico, o falta de apoyo social para la madre lactante, o falsos mitos e ideas que nuestra sociedad mete en la cabeza de las mujeres acerca de la lactancia (que si deja las tetas chuchurrías, que si es cosa de vacas y no de mujeres...).

En síntesis, que me voy por las ramas: un parto depende menos de la voluntad de la mujer de lo que las fanáticas del parto respetado piensan. Y las consecuencias pueden ser fatales e irremediables si se toma una mala decisión. Hay multitud de factores que pueden ponerse en contra, y las soluciones no siempre son tan sencillas como "que una doula te tranquilice", o "que el marido salga de la habitación", o "que el ginecólogo te deje dilatar de pie una hora más". Una mujer no controla ni el día, ni la hora, ni el modo, ni la manera, de su parto, porque depende en gran medida de factores ajenos a su voluntad y dominio inmediato.

En la lactancia, sin embargo, una mujer se significa, porque sí que depende en mayor grado de la voluntad de la mujer. Es muchísimo más reducido el número de casos en los que la mujer se ve realmente impedida físicamente para dar de mamar que el número de mujeres que tienen que recurrir a un parto instrumentalizado o cesárea.

La lactancia de una mujer dura lo que la mujer decide, y ni un minuto más. Si no quiere dar el pecho de inicio, puede incluso inhibir la subida de la leche. Cuando está resuelta a destetar, deja de abrirse la ropa y punto. Si quiere dar el pecho, con los conocimientos y apoyos adecuados es casi segura la victoria, y la duración de la lactancia dependerá de su paciencia y motivación. Por eso hay ejemplos heroicos de lactancias que persisten allí donde parece imposible, como las madres de prematuros que se sacan leche durante meses, o madres no biológicas que se estimulan para producir leche sin haber gestado.


A un feto no le puedes decir "recolócate la placenta, que estás taponando la salida" o "escupe ese
meconio que te has tragado", y no le puedes decir a tu cuerpo que te anule esa preeclampsia, o que selle esa bolsa rota prematuramente, o que arregle un útero que se rompe.

Pero no todo es blanco o negro. Todo tiene sus claroscuros, como todo. Lo ideal sería que las mujeres no sólo pudieran dar el pecho tranquilamente sino que además disfrutaran de esa etapa, que no vieran con alivio la introducción de los potitos si no que les apenara el destete (porque eso sí que es cortar el auténtico cordón umbilical con el bebé), que no sufrieran dolores innecesarios ni vivan cada toma como una agonía.

Antes he dicho que un parto exitoso es aquel en el que tanto madre como niño acaban perfectamente sanos. Bien, pues una lactancia exitosa es aquella en la que tanto la madre como el niño disfrutan de ella. Por mucho que dure la lactancia, si la madre se gana el título de mártir y la vive con sufrimiento, hay que valorar si realmente le ha merecido la pena ese esfuerzo.

2 comentarios:

  1. Hola, acabo de descubrir tu blog - bicheando información sobre la tan de moda BLW, que no me acaba de convencer- y, en general, me está gustando mucho. Sobretodo esta entrada. Debido a problemas de salud, mi parto fue una cesárea programada y por ello no me siento menos realizadas. Es más,me sientl muy agradecida por el excelente trabajo que hicieron todos los profesionales que me atendieron durante el embarazo y el parto. Porque gracias a ellos, todo salió de maravilla. No quiero ni pensar qué nos hubiera ocurrido a mi hijo o a mí si hubiera optado por un parto natural 'entre delfines', como tu bien has dichi. En cuanto a la lactancia, tuve serios problemas al principio: el niño no tomaba lo que debía y perdió peso. Ademàs, el niño es alérgico a la proteína de la vaca, por lo que la alternativa al pecho era la leche hidrolizada. Aterrorizada solo de pensar que mi hijo tuviera que alimentarse con esa leche, le puse mucha voluntad - y muchas horas de sacaleches- y conseguí pasar de la lactancia mixta - eso sí, con biberones de leche materna- a la lactancia materna exclusivamente. Eso sí, ese esfuerzo lo hice con mucho gusto y mucha ilusión. Si este proceso se hubiera convertido en una tortura - como.les sucedió a algunas amigas- , sin ninguna duda lo habría abandonado. Porque lo màs importante es, em primer lugar, la salud de mi hijo y, en segundo lugar, nuestra felicidad.

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  2. Consejos de la Leche10 de diciembre de 2016, 12:34

    Muchísimas gracias por tu comentario, me ha emocionado. ¡Toda una campeona y un ejemplo a seguir.

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