10 de septiembre de 2014

¿Realmente es más arriesgado dar fórmula que LM?

Cuando una madre se está sacando leche para dársela a su hijo ingresado en neonatos, o tiene que aguantar lloros al pecho porque su hijo está atravesando una huelga de lactancia, o le duele una herida en el pezón como consecuencia de una sola sesión de mal agarre, le resulta muy desmotivador escuchar en su entorno comentarios estereotipados del estilo: "¿Para qué esforzarse tanto? Total, las leches de fórmula de hoy en día están muy mejoradas y son igual de buenas que la leche materna. A mí mi madre sólo me dio biberón y me he criado sanísimo"...

Conviene que una madre que quiera dar el pecho y no esté dispuesta a que su entorno le sabotee la lactancia tenga recursos argumentales para replicar semejantes falsedades, que mucha gente da por ciertas al más puro estilo goebbeliano. A mí me recuerdan a los mantras auto-reafirmantes que se repiten los fumadores que no quieren dejar el tabaco: "Yo fumo porque me gusta, lo puedo dejar cuando quiera","Los no fumadores no podeis entender lo bien que sienta fumar", "Pues mi tío fumaba como un carretero y vivió 90 años. Y en cambio mi prima, que no fumaba, murió de cáncer de pulmón, para que veas cómo son las cosas", "Los no fumadores sois unos intransigentes...¿qué más os da que los demás fumen? Mientras no os llegue el humo..." Son falacias que por más que repitan, son un autoengaño...

Precisamente porque la leche de fórmula actual, pese a las innegables mejoras introducidas desde su invención, no es equivalente en ninguna característica analizada a la leche materna, ni tiene las mismas consecuencias para la salud de los niños, están tan pesadas las autoridades sanitarias mundiales con la promoción de la lactancia materna.
Si no le costase más dinero a la sanidad de los países tener generaciones criadas con leche de fórmula que niños alimentados con leche materna, ¡anda que se iban a gastar el dinero en campañas de promoción, o iban a prohibir que los médicos fueran untados con artículos promocionales de las casas comerciales!

Ha bastado un par de generaciones de niños alimentados mayoritariamente con leche de fórmula de esas tan mejoradas y perfeccionadas para se acumulen estudios epidemiológicos y clínicos alertando de los peligros de renunciar demasiado pronto a la lactancia natural, y ahora las autoridades sanitarias se tienen que gastar dinero en recapitular y volver a convencer a las mujeres que no, que aunque ellan jugaran a darles biberones al Nenuco lo mejor es lo otro, lo que se espera de los seres humanos desde hace cientos de miles de años...


Por mucho que los de Nenuco insistan, a los bebés reales parece que les conviene otra cosa...

El hecho de la leche de fórmula no sea igual a la materna en textura, sabor, olor, y color ya debería  hacer sospechar a cualquier persona que tenga cerebro y no serrín dentro del cráneo: no tiene la misma composición y no habría que haber esperado a que los estudios epidemiológicos y clínicos indicasen que no tiene las mismas consecuencias para la salud ser alimentado con LME el periodo natural que indica la OMS (los famosos 6 meses) que no ser alimentado con leche materna, o solo durante un breve periodo de tiempo (frecuentemente, menos de 3 meses).

Lo malo es que las autoridades sanitarias, por ir demasiado de buenrollistas, la están pifiando con su manera de expresarse, porque las construcciones mentales dependen de las palabras que usamos.
Cuando decimos que "la lactancia materna es lo mejor para el bebé", estamos aceptando implícitamente que "la lactancia artificial es normal o buena", aunque haya "cosas mejores". De forma que se perpetúa la idea de que la leche de fórmula es completamente sana y adecuada para el bebé, aunque se recomienda la lactancia materna, que es como una grajea de multivitaminas que si las tomas, bien, pero que si no las tomas tampoco pasa nada.

Así que la embarazada sale del ginecólogo o del curso de preparación al parto pensando que la leche materna está muy bien como bonus, pero que no pasa nada si da biberón (de inicio o tras ser derrotada por las circunstancias), es más: el niño te va a engordar más (mito 1) y encima va a dormir más seguido (mito 2).

Dejo aquí un enlace a una revisión  (The influence of natural feeding on human health: short- and long-term perspectives, de Teresa Grzelak et al, 2014) que certifica la falsedad de que la leche de fórmula sea igual de sana que la leche materna o que no tenga consecuencias para la salud futura del niño no haber sido alimentado con leche materna exclusiva durante los meses aconsejados.

Para las que no se atrevan con el inglés, resumiré que los estudios epidemiológicos indican un incremento en el riesgo de otitis media, infecciones respiratorias, sepsis, diarrea, infecciones gastrointestinales, enterocolitis necrotizante, diabetes de tipo I y II, obesidad, síndrome metabólico, asma, dermatitis atópica, alergia, muerte súbita y diferentes formas de leucemia infantil en los niños alimentados con leche artificial de inicio o con leche materna pero menos meses de los aconsejados. Además, los niños alimentados con leche de fórmula parecen tener numerosas variaciones en el patrón de la respuesta inmune  y parecen tener peores resultados cuando se avalúa su neurodesarrollo, llegando incluso a tener un impacto en la edad escolar.

Así que a quien ponga en duda los perjuicios de pasarse al biberón habría que invitarle a que repasase la evidencia científica.

Pero analicemos de forma crítica estos estudios científicos, porque tampoco hay que quedarse en la superficie. Es verdad que el incremento de riesgo que la leche artificial proporciona para la mayoría de estas enfermedades es leve o moderado, y sólo el aumento de riesgo es llamativo y más que contundente para algunas patologías, es especial las otitis y las infecciones respiratorias y gastrointestinales, que además son enfermedades frecuentes (porque el riesgo de padecer una forma infantil de leucemia, aunque ser alimentado de fórmula lo incremente, sigue siendo bajo, y a los padres les importa un carajo).
Cuesta encontrar un gastroenterólogo que no admita que la leche de fórmula le sienta como un tiro al sistema digestivo del bebé (incluyendo mayor colonización en el intestino de bacterias potencialmente patógenas).
Y el aumento de riesgo por enterocolitis necrotizante (de importancia en prematuros) son palabras mayores, porque estamos hablando de factores de riesgo de fallecimiento del bebé. Ídem con el aumento en el riesgo de muerte súbita del lactante, aunque en estos casos hay que considerar que el colecho (asociado frecuentemente a la lactancia materna exclusiva) puede ser realmente el factor importante de protección.

En cuanto a la mayor susceptibilidad de padecer ciertas enfermedades en la etapa adulta cuando la alimentación con leche materna ha sido breve o ausente, hay que reconocer que sigue existiendo controversia. Los metanálisis realizados hasta la fecha concluyen que hay incremento moderado de riesgo de padecer ciertas enfermedades ya mencionadas (diabetes tipo II, obesidad...), pero no dejan de ser enfermedades interconectadas entre ellas y hay ciertos factores socioculturales dificiles de corregir en estos estudios.
El más claro parece ser que el hecho que las lactancias exclusivas y prolongadas, en los países desarrollados, son más frecuentes entre las mujeres con un estatus socioeconómico alto y mayor nivel de estudios. Es decir, mujeres bien informadas. Es sensato pensar que esas madres también van ser muy responsables en otros ámbitos de la crianza de los niños, como la alimentación equilibrada, el ejercicio físico y la educación con apego. Por tanto la salud de sus hijos también va a estar influenciada por otros factores ajenos al volumen de leche artificial que consumieran antes de empezar a consumir leche de vaca como tol mundo.
 Por eso hay estudios, como los que relacionan el mayor riesgo cardiovascular con la leche de fórmula, que son controvertidos (pero lo que está claro es que ningún estudio ha concluido que la leche materna sea PEOR!!!!)
Ídem con los estudios que relacionan la lactancia artificial con peores resultados en test IQ y consecución de ítems de desarrollo (gatear, andar...) a edades más tardías. Son controvertidos, cierto. Pero este caso es muy gracioso para ilustrar qué poco de beneficio real tienen los cacareados aditivos. Los beneficios para el desarrollo del cerebro se atribuyen a los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga presenten en la leche materna.


ARREA
Las leches de fórmula enriquecidas con dichos ácidos grasos NO presentan equivalentes resultados en funciones de neurodesarrollo que los niños alimentados con leche materna, demostrando que no es cuestión de añadir potingues a la fórmula, sino que hay factores como la biodisponibilidad o la absorción de los nutrientes en los cuales los sucedáneos no pueden competir. La leche materna contiene anticuerpos específicos del entorno materno, bifidobacterias, factores innatos inmunes, oligosacáridos, glicoproteínas , glicosaminoglicanos, adipokinas y otra otra serie de factores que no son imitables en laboratorio y que parecen estar detras de toda estas diferencias.

Los que sigan insistiendo en que ellos dan leche de biberon porque es igual que la leche materna por favor, que cambien sus discurso a uno mas realista del estilo "yo es que no pude/quise dar LME, asi que el niño se tendrá que conformar con algo peor, que se la va hacer".

Eso en cuanto a nivel de salud infantil, en otro post comentaremos acerca de si existe más riesgos en salud para la madre por no dar el pecho o tener lactancias muy cortas para sus hijos.

2 comentarios:

  1. Sólo quería dejarte mi agradecimiento por decir tantas cosas tan ciertas y tan bien dichas. Incluso cuando no estoy enteramente de acuerdo con lo que dices, tus reflexiones me hacen reflexionar! Acabo de descubrir el blog y me falta tiempo para leerlo entero. Gracias por tu tiempo.

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  2. Consejos de la Leche19 de noviembre de 2014, 11:25

    Gracias a tí, espero que te parezcan interesantes los contenidos del blog, aunque está un poco abandonado últimamente.
    Me acabo de dar cuenta que esta entrada en realidad era un borrador avanzado y la he editado deprisa y corriendo; espero completarla y segir editándola próximamente para ofrecer contenidos con más calidad.

    Un saludo y gracias a tí por tu tiempo.

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