1 de marzo de 2014

Enemigos (sutiles) de la lactancia

Expongo una lista de los principales enemigos sutiles a los que se enfrenta una madre lactante, cuyo trabajo en buena parte consiste en detectarlos y neutralizarlos en su mente para que no perjudiquen su lactancia. Algunas de estas ideas serán desarrolladas con más detalle en entradas posteriores.
 
1) Maridos saboteadores
Son esa clase de padres (normalmente primerizos) que, hartos de la "absurda obsesión" de su mujer por dar el pecho pese a que el niño llora (ergo pasa hambre), decide darle un biberón al bebé, para demostrar a la madre que no tiene suficiente leche, que su leche no es buena y que no pasa nada por darle al niño biberón. El niño, seguramente, se tome parte o todo del biberón, aniquilando la confianza de la madre en su capacidad de dar el pecho a largo plazo a su hijo.

2) Familiares y conocidos contrarios a la lactancia
Testimonios de madres y suegras que nunca han dado el pecho por los más variopintos y surrealistas motivos (y por tanto recomiendan el biberón a la primera contrariedad), e historias truculentas de amigas para las que la lactancia ha resultado un calvario (bebés llorando, grietas, producción que se agota misteriosamente...), y que siempre están dispuestas a dar consejos que nadie ha pedido y a hundir aún más la moral de una madre lactante.
A esto añadir docenas de mitos y leyendas urbanas acerca de la lactancia, que la gente repite y cree a pies juntillas.

3) Malas prácticas profesionales
Exceso de cesáreas como resultado de partos excesivamente intervenidos que acaban siendo distócicos, hospitales que dan leche de fórmula en biberón y no jeringuilla, niños separados de sus madres sin motivo, médicos que recomiendan el cese de la lactancia en caso de mastitis, pediatras que al menor problema con el bebé (peso, comportamiento, sueño...) recomiendan pasarse a la leche de fórmula...La lista de pifias médicas que perjudican el inicio o el desarrollo de la lactancia ocuparía páginas enteras.

4) Censura social
Si dar el pecho significa que se acabaron para la madre los restaurantes y las reuniones sociales, o ir con el bebé durante más de dos horas a cualquier sitio, porque tiene que "esconderse" en alguna habitación o sala de lactancia para dar el pecho, o tiene que "meter la lactancia en el armario" para esconder a la gente el "humillante" hecho de que sigue dando el pecho al bebé más allá de los seis meses, es normal que a las madres la lactancia les parezca una privación de libertad y comodidad, cuando tendría que resultar lo contrario.
Que la visión del pecho femenino en acto de amamantar se considere una obscenidad comparable a los topless de las FEMEN o a sacarse el pene para mear en público nace del machismo social, que considera el pecho femenino como un objeto sexual, con unas funciones "naturales pero guarronas" que deben esconderse de los ojos de la sociedad, como cagar, mear o practicar el coito.
Firma la petición de una ley de protección de la lactancia materna en público para que ninguna madre tenga que pasar un bochorno cuando alimenta a su hijo de la mejor manera que existe.

5) Publicidad agresiva de las casas comerciales de leche artificial
Astutamente, la leche comercial se publicita como leche de continuación, publicitando implícitamente la leche "de inicio" (y así cumplen la ley) y además creando la idea de que a partir de los seis meses, la leche materna ya no vale (y que a partir de los 4 meses se les puede dar biberón con cereales). Tetinas, biberones, chupetes, muestras gratuítas...campan por doquier y forman parte del ajuar de toda madre embarazada, ayudando a crear la sensación de que la lactancia materna es esa cosa que sucede un breve espacio de tiempo cuando la naturaleza acompaña, pero que si no puede ser, no pasa nada porque ya está la industria para ayudarnos a criar adecuadamente a nuestro bebé.

6)Prospectos farmacológicos
Son taxativos: casi todos prohíben la lactancia materna mientras se consuma el medicamento, incluso aunque ese mismo medicamento se administre a mayor dosis al bebé sin problemas (paracetamol, ibuprofeno, mucolíticos, antibióticos...). Aunque la evidencia científica contradiga esa contraindicación, el principio de máxima prudencia hace un flaco favor a las madres y médicos mal informados, que se asustarán al leer el prospecto y pensarán que la lactancia es incompatible con cualquier medicación, y cesará en cuanto la madre pille el primer catarro.

7)Foros y páginas web de internet
Si la gente mal informada se lleva la impresión que la lactancia prolongada es cosa de comedoras de placenta, madres hippies que llevan a sus hijos en fulares, colechadores hasta que el hijo va al instituto y madres abnegadas que se pasan todo el día con la teta fuera,no duermen por la noche, aguantan dolores inenarrables y son capaces de cualquier sacrificio con tal de dar el pecho, ahuyentamos a lo que yo llamo "lactantes conservadores": gente que sólo quiere dar el pecho si se le pinta muy fácil, muy cómodo, y compatible con llevar al niño en un carro caro sin que nadie sospeche de perroflautismo. La red está inundada de madres lactantes con problemas, que pueden asustar a las posibles lactantes futuras, y quejas contra los problemas que supone ser partidaria de ciertos métodos de crianza. El motivo es muy fácil: a la gente que le va fenomenal no le da por buscar apoyo e información en internet y no suele dejar su testimonio positivo en la red, así que lo que se encuentra en internet es información sesgada.

8)Baja maternal demasiado corta
Y poca comprensión en el entorno laboral a la hora de ausentarse para sacarse leche. Tiene como consecuencia la desmotivación de las madres de continuar con la lactancia más allá de unos pocos meses, porque es un quebradero de cabeza tener que pensar cómo y dónde sacarse leche para dar las tomas pertinentes hasta que el niño empiece (a marcha martillo porque no queda otra) con la alimentación complementaria, siempre con la presión de que las reservas de leche no serán suficientes. Al final se inicia demasiado pronto la lactancia mixta y la alimentación complementaria se convierte en "principal" de forma prematura. Si la OMS recomienda seis meses de lactancia materna en exclusiva, pongámoslo fácil.

9)Pésima educación sexual y emocional de las mujeres
Vivimos una sociedad en la que, aunque se presiona a las mujeres para ser madres, igualmente se las presiona para no disfrutar el embarazo, parto y lactancia como si fueran el culmen de su vida sexual y reproductiva (porque la vida sexual consiste en el coito con un varón) si no como fases molestas que las pobres mujeres tienen que tolerar de la forma más medicalizada posible para poner futuros cotizantes a la Seguridad Social en circulación. Una madre reciente, ante todo, debe precuparse de recuperar la silueta rápido y volver al trabajo pronto, y se hará todo lo posible por boicotear cualquier deseo de disfrutar de la crianza de sus hijos, menoscabando su autoestima mediante el bombardeo de mensajes culturales contrarios a su capacidad de amamantar adecuadamente, entre otras cosas. Y la mayoría de mujeres ceden a estas presiones sin que se les pase por la cabeza que "otra maternidad es posible".

10)Fanáticas de la lactancia
A veces el enemigo está en casa. Hay lactantes especialmente fanáticas para las que todo lo que no sea lactancia hasta los 8 años a demanda día y noche es no esforzarse lo suficiente. He oido críticas al destete nocturno, o al destete dirigido por la madre tras muchos meses de lactancia, por ejemplo, por no ser "pro-lactancia". La lactancia no ha de convertirse en un concurso de méritos. También hay mucha gente que se inmiscuye en la vida de los demás. Es una obligación moral ayudar a una madre que desea dar el pecho y tiene problemas, pero sólo si pide ayuda, porque a nadie le gusta recibir consejos que nadie ha pedido. La cultura del amamantamiento ha de promoverse, pero no de forma agresiva.

Como veis, todo se resume en: más apoyo familar y social, menos presión de la industria, aumentar los testimonios positivos y mejorar los consejos del personal sanitario. ¡No parece tan dificil!

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