Los problemas relacionados con tomas dolorosas son una de las causas principales de abandono prematuro de la lactancia materna.
Sin embargo, forma parte de la mala cultura de la leche, o incultura de la leche o como prefirais llamarlo, la idea que se encuentra frecuentemente en las mujeres de que dar el pecho duele y que ya bastante sufre una en el parto como para estar sufriendo también después del parto. Hay mujeres incluso que rechazan la idea de dar el pecho de inicio porque asumen que dar el pecho duele y no quieren ni intentarlo.
Lo razonable es pensar que el amamantamiento no es doloroso en sí, puesto que la alimentación a medio-largo plazo de la cría depende de ello y no tendría sentido evolutivo que fuese nocivo para la madre, pero aún así, está muy presente el pensamiento de que dar el pecho duele siempre y que si duele, la mejor solución es abandonar la lactancia y pasarse al biberón.
Lo cierto es que dar el pecho no es doloroso y cuando duele es porque ha surgido algún problema, y esos problemas tienen una causa que casi siempre se puede prevenir y además solucionar.
AHORA BIEN
Sí que es cierto que en los inicios muy tempranos de la lactancia la mujer nota lo que yo llamo "el tironcillo": cuando el bebé se engancha y empieza a mamar, hay una sensación leve como de tirón, del cuerpo de la mama hacia el pezón, que tras un par de minutos de toma desaparece. El tironcillo es desconcertante porque a veces es intenso y puede llegar a percibirse como doloroso.
Por eso a veces, cuando la matrona o enfermera está vigilando el agarre del niño y le pregunta a la madre que si siente algún dolor, la madre no sabe qué responder. Es como cuando el médico te está realizando una palpación de los órganos internos dando "golpecitos" y te pregunta que si duele. A veces dan ganas de decir "cabrón, no me dolía hasta que me has pegado una h***** en el hígado". Pero respondemos que no, que no duele, porque sabemos que de sentir realmente dolor tendría que ser peor.
El tironcillo tiene una explicación fisiológica aunque no se presenta en todas las mujeres, ni todas lo perciben igual. Corresponde a lo que técnicamente se llama reflejo de eyección. La succión de los pezones induce la secreción de oxitocina, la hormona que provoca la contracción de la capa muscular que rodea los alveolos donde se acumula la leche. La oxitocina transmite la orden de "exprimir" los alveolos, y la leche llega por unos conductos hasta el pezón.
Como todo proceso hormonal, los inicios sirven a modo de ensayo y con el tiempo funcionan mejor.
Pasado el primer mes, esas contracciones mediadas por la oxitocina dejan de percibirse como molestas. A esto no sólo contribuye que la lactancia ya esté mejor regulada, sino que la madre está mucho más confiada y relajada y no presta atención a según qué sensaciones.
Así que le doy ese margen de credibilidad a las tremendistas que propagan la idea de que dar el pecho duele: habrá gente que no aguante ni ese tironcillo y que no se consuele pensando que es temporal y desaparece durante la toma, y ya inmediatamente quieran pasarse al biberón.
Pero ¿cuánto duele realmente cuando existe algún problema con la lactancia?
¿Cómo distinguir un dolor auténtico de las molestias del "tironcillo" o la subida de la leche?
Los asesores de lactancia suelen preguntar a la madre que está experimentando dolores que puntúe del 0 al 10 el dolor que está sintiendo, siendo cero ausencia total de dolor y diez, el dolor más atroz imaginable.
El tironcillo del que hablo se quedaría en 1 o 2 como mucho.
Un dolor de 2-3 debe ponernos en sobreaviso de que algo no está yendo bien. Es recomendable consultar con un asesor de lactancia.
Un dolor de 5 o superior es inaceptable y hay que ponerse en contacto inmediatamente con un asesor de lactancia.
Como veis a la mínima que existe una sensación que va más allá de la mera molestia debemos ponernos manos a la obra para solventar la situación, así que nadie está pidiendo que las madres lactantes tengamos que soportar ningún martirio.
Las causas más frecuentes de dolor intenso durante la toma son:
-Heridas en el pezón producidas por un mal agarre o posición del bebé o uso incorrecto del sacaleches
-Obstrucción de conductos o ingurgitaciones mamarias
-Infecciones por hongos, virus o bacterias
Todas estas causas son evitables y solucionables en un plazo razonable de tiempo y en ningún caso tienen por qué suponer necesariamente el fin definitivo de la lactancia.
No estoy subestimando el dolor que se siente cuando hay problemas en el pecho, pues la mama es una zona sensible y cualquier sensación dolorosa allí fastidia especialmente. Además hay que añadir el componente psicológico de que ese órgano que duele tiene que seguirse utilizando. Sé perfectamente lo que es mirar el reloj con ansiedad porque ves que se acerca la hora de la toma y ya te dan sudores de pensar que se acerca el dolor. Sé lo que es sentir pánico cada vez que ves el bebé acercarse al pezón como una barracuda, con el agravante en mi caso de que al tener mellizos, no podía dejar descansar el pezón herido y utilizar el otro pecho. También sé lo que es estar 48 horas haciendo todo lo que está en tus manos para ver si se alivia una ingurgitación, con la preocupación de que no acabe en mastitis.
Pero si has decidido ser madre tienes que asumir que te tocará hacer acopio de valor y paciencia de tanto en tanto y ponerse manos a la obra para solucionar algunos problemas.
En mi caso solucioné mis problemas mamarios por mis medios como buenamente pude, pero yo recomiendo tomar el camino más directo y acudir mucho antes a consultar con un asesor de lactancia.
Es importante que si nos ponemos en manos de personal médico, sea especialista en problemas de lactancia, porque no sólo nos dirá desde el primer momento cómo reducir el dolor durante la toma mientras dure la curación si no que evitaremos caer en manos de algún médico incompetente que nos diga que si tenemos mastitis lo mejor es dejar de dar el pecho, o que los antibióticos son incompatibles con la lactancia.
Casos especiales de dolor durante la toma:
Entuertos
No se trata de dolor mamario propiamente, si no de un "daño colateral" fisiológico de la lactancia. Las contracciones uterinas promovidas por el pico de oxitocina que se produce al dar el pecho llegan a ser tan dolorosas en algunas mujeres, normalmente multíparas, que para algunas llegan a ser equivalentes en dolor a las contracciones del parto. Las primerizas también pueden notarlos pero raramente pasan de equipararse a un "dolor de regla". Aunque nos consolemos pensando que a nivel fisiológico es bueno para el útero y que se trata de algo temporal, hay mujeres que directamente optan por abandonar la lactancia sin más.
¡Mordiscos!
Un bebé con dientes tarda un tiempo en aprender que a mamá no le hacen gracia sus mordisquitos cariñosos y que tiene que aprender a mamar con cuidado. Durante ese tiempo la madre suelta algunos ¡¡AAAYYY!!. Un mordisco en un pezón es un mordisco en un pezón ya lo realice un bebé o alguien más mayorcito, pero esa molestia está años luz de los dolores y la desazón que experimenta una mujer con grietas o mastitis.
Pese a todo habrá mujeres que digan que ellas no tienen por qué tolerar ni pizca de dolor bajo ningún concepto en ningún momento, cuando los biberones son indoloros siempre. Supongo que son las mismas que preferirían que el bebé les hubiera llegado a través de Seur y no después de un embarazo y un parto.
Personalmente no puedo aplaudir esa opinión máxime cuando amplia mayoría del género femenino acepta sumisamente sesiones de depilación a la cera en las ingles o pasar un infierno durante horas subidas a unos tacones. Que digo yo que si somos fuertes para tolerar dolores en determinadas circunstancias, una de ellas puede ser tener un problema mamario en la lactancia.
Afortunadamente, la mayoría de madres lactantes bien asesoradas de inicio no manifiestan ninguno de estos problemas, y mucho menos los más graves, y la lactancia transcurre sin sensaciones dolorosas salvo cuando se llevan algún que otro mordisco.
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