31 de enero de 2014

La sala de lactancia en el trabajo

Continuar la lactancia cuando la madre se reincorpora al trabajo remunerado es posible pero a veces obliga a la madre a sacarse la leche en sitios incómodos (su coche, un retrete...). Esa no es la situación más ideal si una pretende continuar la extracción durante meses (porque psicológicamente es muy "cansino" y un tanto humillante....), pero a veces es lo que toca.
Si la madre trabaja en una empresa media-grande y no tiene sala de lactancia, se le puede proponer la creación de una al comité de empresa o al encargado que corresponda. Es una medida fácil de conciliación laboral y familiar que no cuesta mucho a la empresa y que facilitará mucho a  las madres recientes la incorporación al trabajo.


Sólo se necesita habilitar una salita pequeña (que puede tener otros usos el resto del tiempo, por ejemplo, ser la sala de enfermería) con un mínimo mobiliario:
Una mesa pequeña y una silla
Una puerta con pestillo
Una nevera (de las pequeñas; tampoco es absolutamente imprescindible porque la leche puede conservarse a temperatura ambiente lo que dura una jornada laboral)
Un extractor de leche eléctrico doble (los de tipo hospitalario cuestan alrededor de 200 euros y se pueden comprar de segunda mano)
Acceso cercano a un lavabo donde lavarse las manos/lavar el material de extracción
Dispensador de papel secante para las manos
Botella rociadora con desinfectante (alcohol 70% o mejor un desinfectante hospitalario)
Opcional: un butacón (por si alguien entra a dar el pecho al niño)

No hace falta que la sala esté pintada de rosita ni tenga cuadros de Anne Geddes. Yo no soy de esas fanáticas que piensan que la intimidad y comodidad deben ser máximas para que "el flujo de oxitocina funcione". Sacarse leche no es como dilatar en un parto. Eso sí, es aconsejable "acumular" revistas de puricultura viejas porque así se ameniza el rato de extracción, viendo fotos de bebés y leyendo articulillos.
Los conos de extracción las pone cada mujer, aunque los artículos sobrantes de los sacaleches se pueden donar para la causa (conos de extracción, tapones, soportes para las botellas, bolsas de congelación sobrantes...). Cada mujer dejará sus botellas dentro de una bolsa isotérmica propia dentro de la nevera (las típicas de meter la fiambrera de la comida), para la mejor conservación de la leche, y se las llevará a casa al finalizar la jornada (la leche seguirá fria cuando llegue a casa).

Con un sacaleches doble, una madre acostumbrada a extraerse leche cada día a la misma hora, tarda 10-15 minutos en llenar las dos botellas de 150 ml. No es mucho tiempo de ausencia del trabajo y hay pocas excusas para que la empresa se niegue a implementar algo así. Si en un momento determinado se "acumulan" las madres recientes se puede crear un horario de extracciones para evitar colapsos en la sala, porque la mayoría de madres querrán extraerse leche al mediodía o a la hora de comer. Aunque haya pocas embarazadas en la empresa en un momento determinado, a lo largo de los años desfilarán muchas madres por allí, y aunque no todas se extraigan leche. A las interesadas se les facilitará muuuuuucho la vuelta al trabajo.

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